sábado, 21 de abril de 2012

Capítulo veintiuno.

[Narra Claudia]
-¡Álex!- exclamo sorprendida pero feliz de verle. No me esperaba su visita.
-¡Clau!- acoge mi abrazo y, cuando nos separamos, me mira de arriba a abajo, como evaluándome -Así que éste es el aspecto que tiene la ganadora de una de las competiciones más importantes de baile...- comenta con actitud desenfadada. Río y pongo los ojos en blanco, acercándome otra vez a el para abrazarle de nuevo. Realmente le he echado mucho de menos, quién lo diría...
-Ejem...- oímos un carraspeo detrás nuestro y me aparto rápidamente de mi amigo para ver quién nos ha interrumpido, aunque lo sabía mucho antes de ver sus centelleantes ojos azules examinando la espalda de Álex. Me sorprendo a mí misma por ser capaz de distinguir ese breve carraspeo de Louis de entre todos los demás. Supongo que en todos estos meses he llegado a conocerle mejor de lo que pensaba.
-Hola, tú debes de ser Louis- saluda Álex con un marcado acento español y una sonrisa, tendiéndole la mano al cantante -Algunas por aquí me han hablado mucho de ti...- veo cómo me mira de reojo al decir ésto, pero decido no darle mucha importancia y después de saludar a Louis con dos besos me dispongo a presentarles.
-Louis, éste es Álex, un... amigo de España. Hacía mucho que no le veía- le dirijo una sonrisa afectuosa a éste -Y tú, por lo que veo, ya sabes quién es él, así que podemos dar las presentaciones por terminadas.
Dicho esto les hago una indicación para que los dos entren en casa y ruego a quien quiera que me escuche para que no me toque hacer de traductora el resto de la tarde, ya que Álex no tiene mucha idea de inglés, y Louis menos de español.

[Narra Louis]
Vaya, me han chafado el plan. Y yo que ya me había decidido... Qué rabia me da. Encima parece que se lleva muy bien con él. Demasiado. ¿Seguro que son solo amigos? Pues claro, qué van a ser sino. ¿Novios? Jajajajajajajaja... Ja... Ja...
Trago saliva mientras un montón de pensamientos se agolpan en mi mente, y observo a Claudia reír por algo que Álex ha dicho. No sé si lo ha hecho en español o en inglés, de todas formas no estaba prestando atención. Estaba demasiado ocupado pensando acerca de... Todo. Él parece muy simpático, y ambos tienen mucha confianza entre ellos. Al parecer se conocen desde hace mucho, pero me da a sensación de que entre ellos ha habido más que amistad... No, Louis, no pienses eso. Si han tenido algo, ya es pasado. Y si lo tuvieran ahora, Claudia te lo habría dicho. Sigues teniendo el camino libre. ¿O no...?
-No, por favor, no me lo recuerdes...- exclama Claudia con lágrimas recorriendo su rostro de tanto reírse. Parece que han estado recordando viejos tiempos. ¿Hace cuánto han dicho que no se veían? Querrán recuperar el tiempo perdido. Guay. Nótese la ironía.
Pasan un par de horas, y poco a poco me voy metiendo en su conversación, a veces interrumpida por alguna de las hermanas pequeñas de Claudia. Logro enterarme de que Álex ha venido a Londres para asistir a la actuación de su amiga en Dancing Challenge y apoyarla. Siempre ha creído en el talento de Claudia, y fue él el que la convenció de que siguiera bailando cuando a ella se le ocurrió dejarlo. También he creído entender que se hospeda en un hotel de las afueras de la ciudad ya que no puede permitirse nada más cercano, y he tenido que fingir indiferencia cuando Claudia le ha ofrecido preguntarle a su madre si se puede quedar en su casa. Espero que Sara tenga criterio y no la deje. Pero, Louis, ¿Qué estás pensando? ¿Desde cuándo eres tan repelente? Niego con la cabeza, algo avergonzado de mñi mismo, aunque estoy bastante seguro de porqué me estoy comportando de esta manera tan extraña. Hoy iba a ser mi día,por fin le iba a decir a Claudia lo que tendría que haberle dicho hace mucho tiempo. Pero siempre las mismas dudas... La amistad que tenemos es demasiado buena como para echarla a perder, confesarle lo que siento podría ponerla en peligro. Pero, ¿Y si las cosas vana mejor? Eso es lo que me llevó a decidirme. Por fin, se lo iba a decir. Pero va y aparece Álex, el íntimo amigo, y a saber si algo más.
Suspiro resignado y me recuesto en el sofá. Miro mi reloj y veo que ha pasado más tiempo del que me esperaba; siempre me entretengo mucho cuando me pongo a pensar, y más si es sobre ella. Justo en este momento noto cómo me mira, así que dirijo mi mirada hacia su posición y veo que no me equivodo. Parece algo preocupada por mí, y la entiendo. No debo de haberme mostrado muy activo estas horas, y eso no es normal en mí. Le dirijo una sonrisa tranquilizadora, pero por la forma en que me sigue mirando puedo adivinar que no ha colado.
-Bueno, yo tendría que ir yéndome- dice Álex levantándose de la silla en la que se encontraba. Eso hace que Claudia desvíe su mirada hacia él, mirándole con pena.
-No te vayas... ¿Por qué no te quedas a cenar?- Pregunta entusiasmada. Parece que ya se ha olvidado de mi presencia.
-Estoy agotado... Además, seguro que es mejor que estés a solas a tu madre si quieres convencerla de que me quede aquí estos días. Ya sabes que no me tiene en mucho aprecio...- No llego a entender muy bien lo que ha dicho, ya que ha usado una mezcla extraña de ambos idiomas, pero por su actitud deduzco lo que ha dicho, y me sorprendo. Álex parece el típico chico que siempre se las arregla para caer bien a los padres, me pregunto qué habrá hecho para que no sea así.
-En eso tienes razón... Bueno, hasta mañana entonces. Y ven pronto.
-Lo haré.
Claudia y yo nos levantamos del sofá en el que nos encontrábamos para despedirnos de él. Ella le estrecha en fuerte abrazo, y yo me limito a dirigirle una sonrisa y despedirle amablemente.
Minutos después,. un espeso silencio reina en la habitación. Claudia intenta romperlo un par de veces con algunos comentarios sobre el tiempo o sobre los anuncios que aparecen ahora en la tele, pero yo solo respondo con monosílabos. Me da miedo decir algo inapropiado, así que prefiero que piense que simplemente estoy cansado, aunque no va a ser tan fácil.
-Louis...- me giro hacia esa voz que hace tiempo me persigue en sueños.
-¿Qué?- respondo, intentando no sonar brusco. Nos encontramos cada uno en un extremo del sofá, separados por un par de cojines. Ella los aparta y se acerca a mí para ver más de cerca mi expresión, que en estos momentos no debe transmitir nada agradable.
-¿Qué te pasa? Llevas toda la tarde muy... Mustio, y triste. Y no me digas que son imaginaciones mías- dice rápidamente antes de que pueda responder, adivinando una vez más mis pensamientos. Miro hacia otro lado, huyendo de su inquisitiva mirada.
-No me pasa nada, tranquila. Solo estoy cansado. De hecho, creo que debería irme a casa también.
-No, de aquí no te vas hasta que me expliques qué te pasa.- dicho esto, se cruza de brazos firmemente y frunce el ceño, como si le estuviera regañando a un niño pequeño. Luego ladea un poco la cabeza y entrecierra los ojos, como si se le acabara de pasar algo por la cabeza -Espera... No tendrá nada que ver con Álex, ¿verdad?- ahora su expresión es más bien preocupada, por lo que hago todo lo posible para que esa idea abandone su mente.
-¿Qué? No, no no no. Nada que ver, en serio. Si es muy majo. Ya te he dicho que estoy cansado.
-¿Seguro?
-Sí.
Louis, ¿Por qué no te vas? Claro, porque no quieres alejarte de ella. Ahora que Álex está aquí, las cosas pueden complicarse. Por eso deberías decírselo cuanto antes. Y deja de hablar solo.
-Claudia...- comienzo a decir, no muy seguro de por dónde empezar.
-Dime.
-¿Te gusta Álex?- ¿Qué? ¿Por qué has dicho eso? Maldita sea, el subconsciente ye ha traicionado. ¡Y deja de hablar solo!
-¿Cómo? ¿A qué viene esa pregunta?- dice ella, extrañada. Ahora me mira confusa, como si pensara que voy borracho -Me acabas de decir que tu... Extraño estado de ánimo no tiene nada que ver con él.- Mierda. La he cagado. ¿Por qué seré tan bocazas? Ahora voy a tener que arreglarlo como sea.
-Y es verdad. Solo me lo estaba preguntando, parecía que os llevabais muy bien, demasiado como para no haberos visto en casi tres años- hablo rápido trabándome la lengua en algunas palabras, presa de mi nerviosismo. Sin embargo, estoy deseando oír su respuesta, más ahora que se está poniendo colorada por momentos.
-Em... No, bueno...- oh, no... Está vacilando. Tenía la esperanza de que me respondería con un "no" rotundo, pero parece que no voy a tener esa suerte. Claudia agacha la cabeza y empieza a juguetear con un pliegue de su chaqueta -No, no me gusta. Solo somos amigos. Me gustó, en un pasado, de ahí que sea mi ex...
¿Qué?
-¿Qué? ¿Es tu ex?- exclamo sorprendido. Ella me mira con atención, supongo que le ha sorprendido mi reacción. ¿Cómo es posible que aún no se haya dado cuenta de lo que siento por ella? Intento rectificar como buenamente puedo -Quiero decir, no me lo esperaba.
-Pero si acabas de decir que parece que éramos más que amigos.
-Ya, pero solo eran suposiciones.
Se forma un espeso silencio en en salón, solo interrumpido por las canciones alegres de una serie de dibujos en la que se encuentra enfrascada la hermana de Claudia. Los pensamientos se agolpan en mi mente. Definitivamente, esto complica mucho las cosas.

Tres días después.
[Narrador 0]
-Y después de esa increíble demostración de talento por parte de Vicky Tarner, tenemos preparado a uno de nuestros invitados especiales para presentar a nuestro último participante. Un gran aplauso a ¡George Sampson!
"No me lo puedo creer... ¡George Sampson va a presentar mi actuación!" , piensa Claudia emocionada. Es uno de sus ídolos, no solo por su talento sino por haber sido capaz de enfrentarse a una experiencia tan grande como X Factor a una edad tan temprana. Le gustaría acabar como él, pero cada vez lo ve más difícil. Ha podido comprobar que todos los participantes tienen mucho nivel, tal y como se temía. Ella ha estado ensayando muy duro, pero no sabe si será lo suficientemente buena como para destacar entre todos esos bailarines.
Nerviosa, cambia el peso de una pierna a otra. Ahora están anunciando su actuación, aunque no puede ver el exterior. Ella se encuentra en un cuarto pequeño con una sola puerta, una puerta que da al escenario donde tendrá que demostrar su talento frente a miles de personas. Está sola, ha tenido que dejar a Álex, Nate y Lottie, sus acompañantes, en la entrada del edificio. Le gustaría haber podido llevar también al resto de sus amigas, y a los chicos, pero éstos no saben nada de la competición y necesitaba a las chicas para distraerles y que hicieran planes con ellos en vez de acompañarla. Probablemente ahora estén en algún pub tomando algo. O eso es lo que ella cree...
Una bombilla situada encima de la puerta se enciende, de color verde. George ha terminado de hablar, y ahora lo único que se oye en ese mar de gente son sus aplausos y silbidos, deseosos de ver el último número de la noche y descubrir por fin qué bailarín ha conseguido más puntos. En el interior de la pequeña habitación, Claudia mira al frente. La puerta se ha abierto. Es la hora.

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Matadme.
Lo siento, sé que no es muy bueno, pero no he tenido mucho tiempo y con las prisas y tal... Sorry :(
Bueno, si hay suerte y a alguien le ha gustado, que me lo diga y que le de al "me gusta", porque me va a animar un montón :) Y si consigo llegar hoy a las 10.000 visitas en el blog y a los 25 "me gusta"... ¡Sorteo una plaza para salir en la novela! ¡Weeee! Espero que alguien la pida, porque sino voy a quedar muy mal jajaja. El personaje ya está pensado, pero se le pueden dar retoques. Si hay más de una persona que me lo pide, lo echaré a suertes. Así que ya sabéis ;)
Cambiando de tema: hace un par de capítulos ya os dije que la novela estaba terminando, y efectivamente no creo que queden más de tres o cuatro capítulos, pero ya tengo pensada la siguiente. Espero que la leáis también, será un poco diferente :)
Y que no falten comentarios, buenos o malos, acepto todo tipo de criticas :D podéis comentar aquí en el blog, en twitter: @Clau_C_A (avisadme de que sois lectoras) o en tuenti.
Un besazo, y gracias por leer <3

sábado, 14 de abril de 2012

Capítulo veinte.

[Narrador 0]
Tres días después.
-Oh, venga, ¿Por qué siempre que os ofrecemos comer en nuestra casa os vais cada uno por su lado? ¿Es que tenéis miedo de que os envenenemos?- dice Alice, dramatizando sus palabras con una expresión triste y lastimera. Se encuentra sentada en uno de los sofás de su piso compartido, en el que ahora se encuentran todas sus dueñas con sus respectivos novios. Liam y Anita irán a comer a un restaurante, al igual que Harry y maría. Ambas parejas se han puesto en pie y han anunciado su marcha, que tanto ha ofendido a Alice.
-Yo les entiendo, a saber lo que le echarás a esas galletas; no es normal que estén tan buenas...- dice Niall relamiéndose los labios después de tomarse otra de los espectaculares dules que Alice hizo anoche. Ésta mira a su novio con el ceño fruncido, pero se le escapa una sonrisa al verle tan feliz.
-A ver si vas a acabar queriendo más a mis galletas que a mí...- hace un gracioso puchero y le dirige a la bandeja de inocentes galletas una mirada fulminante, aunque no puede evitar echarse a reír al ver la expresión de Niall, que la mira con los ojos muy abiertos.
-Estás celosa...
-¿De mis galletas?
-Deberías.
-Tonto- ríe Alice.
Acaban la amistosa discusión con un beso y una caricia por parte del rubio.
-Bueno, despedid a los tortolitos por nosotros, que teníamos reserva para...- dice Liam mientras mira su reloj de muñeca -...hace diez minutos. Espero que nos hayan guardado la mesa- mira a Anita con preocupación, pero ella le hace un gesto para tranquilizarle.
-Nosotros también nos vamos- comenta Harry pasando un brazo alrededor de la cintura de María. Ésta la mira intrigada, su novio aún no le ha dicho cuál es ese misterioso sitio al que tiene pensado llevarla, pero viniendo de él está segura de que le encantará. Hace tiempo que se dio cuenta de que hasta en una cloaca sería feliz siempre que Harry estuviera a su lado.
Se despiden de todos y las dos parejas abandonan el apartamento mientras hablan entre ellos. Parece que Liam y Anita se han compinchado con María y ahora intentan sonsacarle al novio de ésta en qué restaurante ha reservado. Debe ser muy especial si guarda tanto secretismo.
En el piso quedan otras cuatro personas. Se miran entre ellas, comunicándose con la mirada, y antes de que nadie pueda decir nada Alice salta del sofá y habla caminando hacia la cocina.
-Decidido, vosotros os quedáis. No os vais a escapar- guiña un ojo a Zayn y Ana, que la observan divertidos desde el sofá contiguo al que Alice se encontraba.
-Tampoco teníamos pensado ir a ningún lado. Además, si cocinas tú, menos aún- dice Zayn con una sonrisa, pasando ambos brazos por el respaldo del sofá. Ana se muestra conforme y enseguida apremia a los chicos para que ayuden en algo y vayan poniendo la mesa.
-Eh, y ¿por qué tú mientras te quedas ahí sentada?- le reprocha Zayn mientras coloca os vasos, uno frente a cada silla.
-Porque yo soy la anfitriona. Además, voy a ayudar a Alice, qué te crees.- le responde alzando una ceja. Se levanta y se dirige hacia la cocina, no sin antes pasar al lado de su novio para darle una palmada en el culo, a lo que Zayn le responde con un beso al aire. Niall los observa riéndose y pone los cubiertos en su sitio sobre la mesa. Cuando la comida está lista todos se sientan a la mesa y se disponen a comer, aunque nunca cesan las bromas entre Niall y Zayn y las consecuentes risas de las chicas, que acaban convenciendo a los cantantes de que frieguen ellos los cacharros. Esta victoria por parte de Ana y Alice es una nueva escusa para que los chicos se quejen y lamenten, intentando por todos los medios librarse de ese mal, aunque ninguna da su brazo a torcer y ellos acaban fregando codo con codo después de terminar la fabulosa comida que ha preparado su cocinera preferida. Sobretodo la preferida de Niall.

[Narra María]
Observo las calles por las que Harry pasa con el coche. Intento identificarlas, y lo consigo con algunas, pero aun así me resulta imposible adivinar a dónde me está llevando. Liam y Anita me han intentado ayudar a sacárselo, pero él no ha salido de sus trece. Y aquí estoy, muriéndome de la curiosidad mientras veo pasar tiendas y locales conocidos junto a mí.
Noto la mirada de Harry puesta en mí ahora que nos hemos parado en un semáforo. Le miro de reojo y compruebo cómo está disfrutando con mi intriga, aunque también puedo observar que está algo nervioso.
Finalmente toma una calle hacia la derecha, una calle que conozco muy bien. No digo nada hasta que hemos entrado en su garaje, por miedo a haberme equivocado y que ésta no sea realmente su urbanización, pero ahora estoy totalmente segura. Estamos en su casa.
-Precioso el sitio, ¿Verdad?- pregunta con una media sonrisa. Por un momento pienso que se esté riendo de mí, pero aparto esos pensamientos junto con todos los demás cuando Harry se me acerca y me besa de improviso. Sus besos todavía hacen que me quede sin respiración, y dudo que este efecto se vaya a esfumar algún día. Luego me coge de la mano y tira de ella hasta que le sigo hacia los ascensores. Subimos a uno de ellos y éste asciende hasta el piso deseado. En el corto trayecto Harry se las apaña para convencerme de que me quede de espaldas a la puerta del apartamento hasta que él me indique que puedo darme la vuelta.
-Está bien...- digo algo confusa y nerviosa a la vez. No sé qué puede haber tan sorprendente dentro de la casa para que me haya tenido engañada toda la mañana con que íbamos a ir a un restaurante, y ahora me venga con este secretismo. Sea lo que sea, estoy más que preparada para verlo.

[Narrador 0]
-Wow... Esto es realmente precioso- dice Anita en un susurro mientras contempla el lujoso restaurante al que la va a invitar Liam. Éste mira a su alrededor y con una sonrisa satisfecha se dirige a la mesa que el camarero les ha indicado anteriormente.
-Sí, ¿Verdad? Me encantó en cuando lo vi, y supe que tenía que venir contigo algún día.
-¿Y cuándo fue eso?- pregunta Anita, curiosa.
-Pues...- Liam agacha la cabeza, algo sonrojado -hará unos tres meses- confiesa.
Anota se sorprende, hace tres meses tan solo había visto a Liam un par de veces y no se imaginaba ni por un momento que fueran a acabar juntos. Sin embargo parece que Liam, aunque inconscientemente, sí lo tenía planeado.
Llegan a la mesa y enseguida se les acerca un camarero con la carta. Todo tiene una pinta excelente, y por eso se les hace tan difícil elegir, aunque al final acaban pidiendo unos entrantes y luego dos segundos, todo para compartir.
Al terminar, se les acerca en camarero que les ha atendido durante toda su estancia allí para preguntarles por el postre. Liam contesta por los dos, diciendo que no tomarán nada más.
-Eh, yo si que quería postre...- dice Anita entristecida.
-Y yo- dice Liam con convicción. Su novia le mira, confusa, pero antes de que pueda preguntar el camarero se acerca con la cuenta y en dos minutos ya están en la calle.
-Liam, no te entiendo. Si tú también querías postre, ¿Por qué le has dicho al camarero lo contrario?- pregunta Anita con el ceño fruncido.
-Porque el postre lo vamos a tomar en otro sitio. Ya verás, te va a encantar- contesta Liam con una alegre sonrisa. Parece muy seguro de lo que hace, por lo que Anita decide no decir nada más y dejar que él la sorprenda.
Caminan por un par de calles paralelas a Oxford Street, y los diez minutos que debería durar el trayecto se convierten en veinte, debido a las numerosas fans que reconocen a Liam. Éste las atienes con educación, aunque en su fuero interno se arrepiente de haber ido por esa calle tan concurrida.
Cuando por fin llegan a su destino, Anita no puede hacer menos que quedarse boquiabierta ante el peculiar edificio frente al que se encuentran. Tiene varios pisos, y su fachada está decorada con multitud de figuras de todos los colores, la mayoría de animales extraños o imaginarios. También hay varias coloridas notas de música gigantes en los alféizares de las ventanas, y frente a la imponente puerta multicolor hay dos guardias vestidos con trajes extraños que recuerdan a a la película de "Charly y la fabrica de chocolate". Y efectivamente, al entras en su interior es todo lo que se observa por ahí. Diversas fuentes de dicho dulce se encuentran repartidas por todo el establecimiento, junto a un montón de estanterías y mesas con todo tipo de esculturas de chocolate. Unas más grandes, otras más pequeñas, unas de chocolate blando, negro o con leche, con nueces, con almendras, con fresas... Hay de todos lo tipos imaginables.
-Vaya... Esto es como el paraíso- dice Anita observándolo todo con atención. Está impresionada, había oído hablar de ese sitio pero nunca había encontrado ocasión para ir. Y ahora se alegra, por que qué mejor que descubrir este maravilloso lugar junto a él. Se gira hacia Liam con una sonrisa y le besa en forma de agradecimiento. Luego lo coge de la mano y tira de él para recorrer el lugar, no quiere perderse nada.
Avanzan entre las vitrinas, riendo; son felices. La gente les observa con curiosidad, muchos les han reconocido, pero ellos no se dan cuenta. Cogen bombones de las cestitas donde los dan a probar, preguntan a los dependientes qué lleva cada chocolatina, se hacen fotos con las esculturas, y finalmente bajan por las escaleras, también decoradas con todo tipo de graciosas figuras sentadas en la barandilla, y eligen cada uno su postre. Comparten entre ellos, no solo los dulces sino también besos y risas. Se quieren, y nada más les importa. Pero, de repente, un par de sombras aparecen tras ellos.
-Hola, Liam, que sorpresa encontrarte otra vez- dice una voz de pito desde detrás de Anita. Ésta se gira y ve a la última persona que querría ver en ese momento.
-Hola, Jessie...
Ésta baja la mirada hacia Anita, como si no la hubiera visto antes, y le dedica un falso "me alegro de verte" junto con una sonrisa más falsa aún.
-Qué casualidad encontrarnos aquí...- comenta Liam, que está decidido a no dejar que su ex le arruine la tarde.
-Sí, bueno, yo he venido acompañando a Zack. Ya sabes que tes dueño de una discográfica muy importante- alardea Jessie enroscándose un mechón de pelo, ahora rubio.
-Sí, creo recordar que lo comentaste la última vez que nos vimos- interrumpe Liam, pensando en cómo había sido capaz de salir con alguien tan egocéntrico.
-ZKM está teniendo mucho éxito.
-Qué bien. ¿Así se llama la discográfica?
-Sí- contesta la rubia alzando la cabeza con superioridad -Son las iniciales de Zack.
-Ah, su propio nombre, que raro...
Anita escucha la conversación desde su asiento, le da rabia que esa chica que habla con tono de suficiencia les haya interrumpido esta maravillosa tarde. Mira a Liam, deseando que lea en su rostro su disgusto. Éste lo entiende a la primera, pero antes de que pueda decir nada Jessie ha empezado a hablar otra vez.
-Bueno, veo que seguís juntos. En realidad siempre pensé que estabas con ella para ponerme celosa, o para demostrar que no estabas dolido por nuestra ruptura- dice la chica mirando a Liam con lástima.
Sorprendentemente éste no muestra un ápice de preocupación en su rostro, su expresión denota una tranquilidad envidiable. Se recuesta hacia atrás en la silla y esboza un sonrisa de seguridad.
-De hecho, Jessie, tengo que darte las gracias.- Ambas chicas le miran sorprendidas. Ninguna de ellas se esperaba esa reacción por su parte -Debo agradecerte que me engañaras con "Zack"- pronuncia al nombre mal aposta -, porque de no ser así no habría tenido oportunidad de descubrir lo alucinante que es Anita, y mucho menos enamorarme de ella. Así que muchas gracias, Jessie, por abrirme los ojos y alejarme de ti lo antes posible.
Ahora es Anita la que mira a la rubia con superioridad, a pesar de que se encuentra medio metro por debajo de ella, sentada en su silla. Jessie se limita a fruncir los labios y marcharse de allí con cara de perro enfadado. La pareja, que no se ha movido de su mesa, chocan sus manos y se dan un beso con sabor a chocolate. Ríen de la actuación de Liam; ambos están bastante seguros de que no volverán a tener noticias de Jessie en mucho tiempo.

[Narrador cero]
La chica sigue dada la vuelta. Espera a que él le diga lo contrario, pero no oye ningún ruido proveniente de la casa y la curiosidad la está matando. Por fin suenan unos pasos que se acercan hasta la entrada, y una voz que conoce muy bien la llama por su nombre.
-Señorita María, ya puede usted pasar.
María se gira hacia esta voz, y echa a reír al encontrarse con un Harry vestido de chef. Lleva puesto el típico gorro de cocineros, un delantal blanco y se ha pegado un gracioso bigote que se enrolla en sus extremos. La mira muy seriamente, y hace una reverencia indicándole que puede entrar en el apartamento.
Ella hace lo que le pide, y al pasar junto a él le responde con otra reverencia, cogiendo dos de los pliegues de su vestido y agachando la cabeza, aunque no puede reprimir una sonrisa.
Cuando ambos están en el salón-comedor, Harry guía a María hasta la mesa que tan cuidadosamente ha dejado preparada antes de ir a asa de las chicas. Un elegante mantel la cubre, al igual que la vajilla tan particular que ha elegido Harry para la ocasión.
-Bienvenida al restaurante...- nota a Harry dudar un momento, como si estuviera pensando -Styles, el restaurante Styles. Siéntase como en casa, le atenderemos lo más apropiadamente posible- continúa hablando con una voz más profunda de lo normal, para dar más dramatismo a su actuación.
El "chef" inclina la cabeza en un educado gesto y se dirige a la cocina. Luego aparece con una caja del telepizza, la cual coloca en el centro de la mesa.
-Menú completo. Luego tenemos helado casero de Ben&Jerry's de postre- dice Harry, ahora con su voz normal.
-Ya, casero...- dice María sacudiendo la cabeza. Lo cierto es que no le importa lo que coman siempre que sea con él. Esto le ha sorprendido un montón, cada día que pasa quiere más a Harry y se debe a estas pequeñas cosas que hace por ella. Es muy feliz a su lado.
En un arrebato de amor, María se levanta de la silla donde se había sentado y le abalanza sobre Harry, al que pilla desprevenido. Le rodea al cuello con los brazos y le besa apasionadamente, pero enseguida se separa de él y le dirige un mueca extraña, que acaba en carcajadas. Harry le mira confuso, no entiende qué le hace tanta gracia de repente.
-El bigote... Nunca había besado a alguien con bigote- dice ella antes de romper a reír de nuevo. Luego alarga un brazo y tira con cuidado del gracioso bigote hasta despegarlo del todo de la cara de su novio.
-Me alegra ser el primero, entonces...- susurra Harry acercándose a su chica. Posa sus manos un su cintura, con delicadeza, y se inclina hacia delante para rozar sus labios con los de ella. Están muy cerca, tanto que pueden sentir sus respiraciones y aspirar el dulce aroma que desprenden sus cuerpos. Ahora María puede ver con claridad el doble sentido de las palabras de Harry. Sin embargo, no está asustada.
-¿Sabes? Te queda muy bien el gorro de cocinero- dice ella en un susurro. Con cada palabra que pronuncia, sus labios se rozan, avivando la llama que comienza a crecer en su interior.
Ahora ambos se encuentran más cerca que nunca, sus cuerpos se descubren el uno al otro y pronto vuelan las camisetas, que ya sobraban. Harry se separa un poco y observa a su novia sin la prenda de arriba; un escalofrío le recorre. Ella siente algo parecido al verle así, semidesnudo, y da un pequeño saltito para rodear con sus piernas la cintura de Harry, que la sujeta con los brazos. Poco a poco avanzan hasta su habitación, sin dejar de besarse. al llegar a la puerta, María posa sus pies de nuevo en el suelo sin dejar de besarle, cada vez tiene ganas de más. Sin embargo Harry la aleja un poco de él suavemente y la mira con los ojos brillantes.
-¿Estás segura de que quieres seguir?- dice con voz ronca. La recorre con la mirada, deseando tenerla de nuevo en sus brazos, pero se contiene. Quiere hacer las cosas bien. -A lo mejor no es el momento, o el lugar adecuado...- al pronunciar estas palabras se da cuenta de que no les encuentra el sentido a ninguna de ellas. Para él cualquier lugar y momento sería el perfecto.
María mira a su alrededor, como si se acabara de dar cuenta de dónde se encuentra. Luego mira a su novio y esboza un dulce pero pícara sonrisa.
-Es aquí donde duermes todas las noches, ¿Verdad?- mientras habla se aleja de él para acabar sentada en el borde de la cama, inclinada hacia atrás y apoyada sobre sus brazos. Está más calmada de lo que cualquiera de los dos habría pensado. Harry la observa con detenimiento, siente que tiene serios problemas para controlar sus impulsos.
-Sí...
-Entonces es el lugar perfecto.

-Muy bueno todo, señor chef.- María está acabándose su helado de yogur, sentada sobre el regazo de Harry, que a su vez se encuentra acomodado en el sofá grande. Ella solo lleva la ropa interior y una camiseta de su novio, que obviamente le viene grande, y él unos pantalones de chándal.
-Me alegro de que se haya quedado usted satisfecha con nuestros servicios, señorita María- responde Harry guiñándole un ojo. La aludida se sonroja, parece que toda la seguridad y tranquilidad que tenía hace apenas unas horas se ha esfumado. Ahora, cada vez que recuerda lo sucedido, sus mejillas adoptan unos cuantos tonos más en la escala de los rojos. Harry se ha dado cuenta de esto, y lo alude constantemente para tomarla el pelo. Le encanta ver como se sonroja, está tan guapa...
La tele está puesta, aunque realmente ninguno de ellos la está viendo. Solo se fijan en ella cuando aparece un anuncio de "Dancing Challenge", y ambos se sorprenden al darse cuenta de que tan solo faltan tres días. Ha pasado tan rápido el tiempo...

[Narra Claudia]
-Sí, mamá, no te preocupes. Que sí. Que síííííííí. Vaaaaaaale. Hasta luego.
Por fin, que pesada puede ser mi madre a veces. Que si estate atenta a las pequeñas, que si no e olvides de la merienda, que si Patty se tiene que tomar el jarabe... Como si nunca me hubiera quedado cuidándolas.
Dejo el teléfono el la mesita de la entrada y vuelvo al salón donde antes estaba tumbada en el sofá mientras Maya veía los dibujo y Patty se echaba la siesta en su habitación, una planta más arriba. Daniela ha quedado con Amy y algunas amigas más, y Pablo con Estela. Parece que no les va nada mal. El caso es que estoy sola con mis hermanas más pequeñas, ya que mis padres tenían que trabajar.
Justo cuando me siento otra vez en el sofá, dispuesta a no levantarme en las próximas horas, llaman al timbre. Me dirijo algo enfurruñada hacia la puerta, aunque mi expresión cambia enseguida cuando veo quién se encuentra al otro lado...

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Listo ^^ Espero que os haya gustado, este no lo veo demasiado mal :P
Siento si estoy tardando más de lo habitual en subir capítulos, pero estoy hasta arriba de exámenes y trabajos y no me da para más D: Por eso estos últimos capítulos os han podido parecer algo... Insuficientes. Sorry :(
Deciros también que ahora ya puede comentar cualquiera en el blog, no hace falta estar registrado en blogger. He tardado en darme cuenta, pero ya lo cambié jajaja :D
Así que espero ver un montón de comentarios aquí, en tuenti, en twiter (@Clau_C_A)... No será que no tenéis opciones jajaja :) Y también espero tener un montón de "Me gusta" :D Aunque, claro está, si no os ha gustado no xD Pero si es así, por favor, decidme porqué, es importante para mí que me deis opiniones sinceras :D
Dicho esto creo que no me dejo nada más. A, sí, aquí os dejo mi ask :) http://ask.fm/Clau1D
Ahora sí que sí, me despido :)
Un besazo ♥

lunes, 9 de abril de 2012

Capítulo diecinueve.

1 de Septiembre.
[Narra Zayn]
-Vale, vale, vale... ¿Me estáis diciendo que Claudia sí que participa en Dancing Challenge?- exclama Niall boquiabierto.
-Em... Sí, básicamente es eso lo que te estamos diciendo- contesta Louis desde la otra punta de la habitación. Mira a los lados con el semblante serio, supongo que ahora se siente culpable de que al final todos nos hallamos enterado del gran secreto. O puede que solo esté "celoso" por no ser el único de nosotros en saberlo. Si Claudia supiera... Al final ninguna de las chicas se ha resistido y todos hemos acabado enterándonos por ellas. Niall era el único que faltaba, aunque estoy seguro que de estar aquí Alice se lo habría contado sin problemas, pero ésta se fue hace dos semanas a España para asistir a la boda de sus tíos y de paso estar un tiempo con su familia. Esta tarde vuelve y estoy seguro que estará deseando pisar Londres, no se la veía muy entusiasmada por su viaje a juzgar por esa efusiva despedida con Niall en el aeropuerto.
-Vaya, pues qué buena noticia. A pesar de que sea el último en enterarme...- nos recrimina el rubio mirándonos a todos de reojo.
Pongo los ojos en blanco y antes de contestar echo un vistazo en el espejo que cuelga de la pared. Tras comprobar que todo está en su sitio, me dirijo a mi amigo.
-Vamos, Niall, no te hagas la víctima... En realidad pensábamos que ya lo sabías- tras decir esto me encojo de hombros para quitarle importancia al asunto.
-Claro...- el aludido suelta un bufido y apoya la espalda en el respaldo con pesadez.
-Por cierto, ya será dentro de poco ¿No?- pregunta Liam para cambiar un poco de tema. Lanza la pregunta para todos, pero en realidad se dirige a Louis. Cualquier cosa que tenga que ver con Claudia, él lo sabrá mejor que nadie.
Éste está de pie detrás de uno de los sofás de su salón, justo donde nos encontramos ahora. Reposa la barbilla entre sus manos, y a su vez apoya los codos sobre el respaldo del sofá. No ha estado prestando atención, por lo que parece, porque se encuentra sumido en sus pensamientos con la mirada fija en algún sitio lejano tras la ventana. Lleva varios días así de raro, como si le estuviera dando mil vueltas a lo mismo.
-Eh... No, ya solo queda una semana- responde distraído.
-¿Y Simon es uno de los organizadores?- pregunta Niall nuevamente. Parece que se le va pasando la indignación por ser el último en enterarse.
-Sí, por eso precisamente Claudia prefería no decirnos nada. Para que no pareciera que lo habíamos amañado o algo, como se apuntó después de tiempo...- contesto desde mi cómoda posición.
-¿Y creéis que tiene posibilidades?- nuevamente, una pregunta dirigida hacia Louis.
-Muchas- asegura Louis sin pensar, como si la respuesta fuera indudable para él.
La conversación fluye sobre este tema, que tanto nos recuerda a nuestros momentos en X Factor. Alguien comenta que, tras la actuación de todos los aspirantes, habrá una fiesta. Una gran fiesta. Acudirá mucha gente, no solo todos los participantes de Dancing Challenge sino también los prestigiosos jueces, los invitados especiales (todos ellos bailarines exitosos) y todo aquel al que cualquiera de los anteriores quiera invitar, y ahí es donde entramos nosotros. Estaremos esperando a Claudia en esa fiesta, le daremos la sorpresa. Así no correrá peligro, nadie se enterará de que lo sabemos hasta que los jueces ya la hayan evaluado pero estaremos allí para divertirnos en esa fiesta espectacular, cada uno invitado por su chica. Al pensar en ella una sonrisa aparece en mi rostro, como cada vez que la veo. Quién me diría que acabaría enamorándome de una española tan increíble.

[Narra Claudia]
-¿Y qué tal éste?- Pregunta Ana dando una vuelta sobre sí misma para observar desde todos los ángulos su reflejo. Se halla frente a uno de los grandes espejos de los probadores de All Saints, una marca de ropa que les encanta a todas. Es bastante cara, pero han decidido darse un homenaje para celebrar el final del verano.
Cada una de las cinco chicas ha elegido varios vestidos, alguna que otra falda y diversos pares de zapatos que ahora se prueban entre risas en esos grandes probadores. Todas han elegido ya su modelito, solo queda Ana, que no sabe si elegir una preciosa falda de cintura alta de color rojo, a juego con unos taconazos del mismo color que según la dependienta le hace unas piernas de infarto; o el impresionante minivestido ajustado con un estampado que le realza más aún la figura. Difícil decisión.
-A mi me gustaba la falda- comenta Lottie mirando nostálgica hacia dicha prenda. Hoy es ella la que viene con nosotras de compras y no Alice, que aún se encuentra en España.
-Pues a mí me mola el vestido, y apuesto lo que quieras a que a Zayn también- comento yo alzando las cejas varias veces seguidas. Ana se sonroja ante el comentario y se mira nuevamente en el espejo. Se gira hacia la derecha, luego a la izquierda. Echa un vistazo a la falda roja, que reposa sobre un taburete, y luego dirige la vista de nuevo hacia su reflejo.
-Está bien, me llevo el vestido- decide al fin. Lottie mira la falda con lástima, y cuando nuestras moradas se encuentran le saco la lengua, a lo que me pone los ojos en blanco.
Cuando todas hemos pagado y salido del establecimiento, recibo un mensaje en el móvil. Es de Alice, que ya ha subido al avión en Madrid de camino hacia aquí. Se lo comento a las demás, pero ninguna propone ir a recogería al aeropuerto. Sabemos que Niall lo hará, y aunque todas tenemos muchas ganas de verla preferimos dejar intimidad a los dos tortolitos. Es curioso que cada una de mis amigas se haya pillado por alguno de los chicos de One Direction prácticamente a la vez, pero me alegro mucho por ellas. Se las ve realmente felices con sus chicos.
Cogemos el autobús, que deja a Ana, Anita y María en su edificio. Ésta última se trasladó al piso de las chicas hace apenas unos días, ya sin cuatro compartiendo apartamento.
Lottie y yo seguimos el trayecto hasta una calle contigua a la nuestra, y Lottie se baja en esa parada, que es la más cercana a nuestras casas. Le pido que me guarde mis bolsas con las prendas que me he comprado en su casa y le aseguro que en cuanto vuelva pasare a recogerlas. Así no tendré que pasearlas hasta el almacén, lugar al que me dirijo ahora para seguir con el ensayo. Cada vez tengo más miedo, y eso que no me considero precisamente una persona insegura. Pero es pensar el la cantidad de gente con la que tengo que competir, y en el nivel que ellos tienen... Y no puedo evitar estar asustada. No me importa que haya cientos de personas mirándome, nunca he sentido vergüenza ni pánico escénico a la hora de bailar frente a personas desconocidas. Tampoco me asusta especialmente que haya un jurado evaluándome, al fin y al cabo ellos solo me dirán la verdad, y si me sale mal no será ninguna sorpresa escucharlo de los labios de alguno de los jueces por que yo me habré dado cuenta con antelación. Suelo notar ese tipo de cosas con bastante objetividad. Sin embargo sí estoy aterrorizada por los demás participantes. Me da miedo salir allí a bailar sabiendo que no tengo nada que ganar porque otros muchos bailarines me dan mil vueltas. Y sé que existe una posibilidad de que pase algo así. Mi actuación será la última, ya que fui la última en apuntarme, así que tendré tiempo de observar detenidamente a los demás participantes. Así sabré si estoy por encima, por debajo o igualada a ellos, pero pase lo que pase ya será demasiado tarde para echarse atrás. Y de todas formas tampoco soy de las que lo tiran todo por la borda, así que en cualquier caso saldré a bailar; con más o menos esperanzas, pero saldré a intentarlo.

[Narrador 0]
"Qué pesadez" piensa la chica mientras espera impaciente a que su maleta aparezca por la cinta transportadora que avanza con demasiada lentitud para su gusto. Se cruza de brazos y resopla, resignada. Taconea con el pie derecho varias veces seguidas, estirando el cuello para intentar ver por encima de todo el cumulo de gente que, como ella, aguardan la salida de sus respectivos equipajes.
Varios interminables minutos después ya se han ido unas cuantas personas, dejando así un amplio hueco que ella agradece. Cuando su maleta amarilla aparece por la cinta, Alice la agarra con todas sus fuerzas y tira de ella para bajarla al suelo, pero necesita de la ayuda de un amable joven que se encontraba a su lado para conseguirlo. La chica le da las gracias amablemente y le dedica una sonrisa, aunque no tarda un instante en ponerse en marcha hacia la salida. Sabe quién le espera fuera.

Niall ha llegado antes de tiempo al aeropuerto. Bastante antes. Por eso todo este rato su vista no ha dejado de vagar entre su reloj de muñeca y las pantallas donde anuncian la llegada de los vuelos. Él solo está pendiente de uno.
"Iberia, MADRID-4:36"
¡Ese es! Se levanta de un salto, haciendo que sus gafas de sol, que llevaba acomodadas sobre si cabeza, caigan al suelo con un estrepitoso ruido. Rápidamente se agacha y las recoge, devolviéndolas a su lugar. Mira a su alrededor, y ve cómo unas chicas de su edad le miran con disimulo. Parece que se han dado cuenta de quién es él. De los cinco, Niall es el único que ha conseguido esconder su noviazgo con su chica a los medios, aunque parece que eso se va acabar pronto. No pensaba ocultarlo, pero cuanto menos se sepa mejor.
Sumido en sus pensamientos, el rubio se acerca a las puertas de cristal por donde tiene que aparecer su novia. Pasan los minutos, que para él son horas enteras, y las primeras personas comienzan a salir. Algunas se lanzan a los brazos de otras que, como él, estaban esperando su llegada. Otras avanzan rápidamente hacia el exterior, saben que nadie ha acudido a recogerlas.
A medida que la gente va saliendo, más nervioso se va poniendo Niall. ¿Y si ha pasado algo? No cree, ella le llamó cuando estaba a punto de embarcar, y si toda esa gente ha llegado sana y salva, ¿Por qué no iba a hacerlo Alice?
Entonces la ve aparecer, tan guapa como siempre. Se regaña a sí mismo por preocuparse tan tontamente y hace señas con las manos para que ella le vea.
Cuando sus miradas se encuentran, unas sonrisas sinceras aparecen en los rostros de ambos. Alice corre hacia su novio arrastrando la pesada maleta amarilla tras ella, la cual suelta sin miramientos cuando se lanza sobre Niall para besarle apasionadamente.
-Eh, la gente nos mira...- murmura éste viendo por el rabillo del ojo cómo las chicas de antes se han quedado mirándolos con los ojos como platos.
-Y esto es solo el principio...- contesta Alice con una picara sonrisa. Se gira en redondo hasta localizar a las dos muchachas, sonríe exageradamente y las saluda con una mano. Acto seguido se agacha a coger su maleta del suelo, pero Niall se le ha adelantado. La chica le da las gracias con un beso demasiado corto para gusto de ambos y se disponen a salir fuera y disfrutar lo que no han podido en esas dos semanas robadas en las que tanto se han echado de menos.

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Aquí os lo dejo :)
Ya sé, ya sé. "Qué pesada eres, Claudia, tardas un montón en subir capítulo". Lo sé, y lo siento, pero estos días no he estado nada inspirada. Es más, he estado bastante deprimida, así que me costaba bastante escribir y más aún que me saliera algo decente.
Ya no queda mucho para acabar la novela, pero ya tengo idea para la próxima ;)
Como siempre, por favor, POR FAVOR, comentad. Dadme vuestra opinión, es lo más importante para mí. Buena o mala, lo que quiero es que seáis sinceras y me digáis lo que pensáis :)
Podéis hacerlo aquí en el blog, en tuenti o por twitter (@Clau_C_A)
Y ya os lo comenté en el anterior capítulo, pero os lo vuelvo a decir. He añadido unos botones de "Me gusta" y "No me gusta". En el 17 hubo bastantes "Me gusta" y lo que es mejor... ¡Ningún "No me gusta"! Así que espero que la cosa siga así, o incluso que mejore ;) Venga, no voy a ser exigente, con que comentéis y tal me conformo, pero no cuesta nada hacer ese "clic" y da buena publicidad a la novela ;) Jajaja
Muchísimas gracias a tod@s l@s que leéis, sin vosotros no habría descubierto este hobbie por la escritura ;)
Un besazo <3

viernes, 6 de abril de 2012

Capítulo dieciocho

[Narrador 0]
"Dicen que los mejores besos son los que se dan bajo la lluvia... Como yo no tengo a nadie a quien besar, me conformaré con cantar y bailar."
Alice frunce el ceño mientras intenta descifrar la última pista oculta. A medida que el juego ha ido avanzando los mensajes de la tarjetas se iban complicando, y en las últimas le ha sido realmente difícil averiguar su significado.
Tiene curiosidad por saber cuánto tiempo le habrá llevado a Niall preparar todo esto y con la ayuda de cuántas personas habrá contado. Por ahora se ha topado con el librero, una camarera alemana, un señor disfrazado de Mickey Mouse que animaba un cumpleaños, una dependienta de una de sus tiendas favoritas y una peluquera. Casi todos ellos le han regalado algo que corría a cuenta de Niall: un café, un ramillete de globos de colores, un vestido precioso que se ha puesto en seguida y un peinado de infarto que ahora se cubre con el paraguas para no estropearlo. Cada vez que Alice repasa toda esa lista cae en la cuenta de lo importante que debe ser esto para el rubio, sino fuera así no se habría molestado en llamar a tanta gente dispuesta a colaborar ni habría buscado tan meticulosamente todos esos sitios que tanto han gustado a Alice. La librería le ha parecido un lugar tan tranquilo y especial... Y conocer al tío de Niall ha sido estupendo, era un señor encantador. La cafetería de Trafalgar Square también era adorable, parecía un rincón mágico de la ciudad, y el café estaba buenísimo. En la fiesta de cumpleaños se ha ganado un abrazo colectivo de todos los niños de unos seis años que allí se encontraban, más un beso en la mejilla de Mickey y todos esos globos de colores. Luego, tras descifrar la siguiente pista, ha llegado a esa tienda que tanto le gusta. Allí la encantadora dependienta la ha obligado a ponerse el vestido que Niall había elegido para ella, y tras comprobar que le quedaba perfecto le ha dado la siguiente tarjeta, que la ha llevado a la glamurosa peluquería, frente a la cual se encuentra ahora. La exótica peluquera le ha dado la última pista, y aún no ha podido descifrarla. Pero de lo que sí está segura es de que pase lo que pase esta tarde será inolvidable para ella, y también de que a Niall le faltan un lar de tornillos.

[Narra Louis]
Abro los ojos de golpe, dando un respingo en el sofá donde parece que me encuentro recostado. Respiro fuertemente un par de veces y acto seguido miro a mi alrededor. Estoy en mi salón. Entrecierro los ojos para llegar a ver la hora en el reloj de pared; ya son las doce pasadas de la noche. ¿Que ha pasado?
Antes de darme tiempo a formular una respuesta coherente oigo un suave murmullo procedente de mi regazo. Dirijo la vista hacia allí y me encuentro con Claudia, que se halla tumbada en el sofá con la cabeza apoyada sobre mi pecho. Está dormida a juzgar por su respiración pesada y la expresión tranquila de su rostro.
Al parecer nos quedamos dormidos cuando se hizo de noche. Recuerdo que nos quedamos en silencio, simplemente escuchando el sonido de la lluvia cayendo en el exterior. Debió de ser entonces cuando el sueño nos venció.
Observo a Claudia con cariño, parece más pequeña ahora que está dormida, más frágil y delicada. ¡Quien lo diría de ella! Parece siempre tan segura de sí misma... Pero a medida que la voy conociendo más me voy dando cuenta que detrás de esa fachada de "chica invencible" se encuentra otra Claudia algo distinta, más dulce y sensible. Y me encanta que me esté dejando ver ese lado suyo, porque así voy descubriendo que lo que siento por ella es real... Solo queda que me atreva a decírselo algún día.

[Narra Niall]
Qué casualidad que justo hoy esté lloviendo. ¿Será cosa del destino? Quien sabe...
Cambio el peso de una pierna a otra, nervioso. Estoy debajo del gran cartel que anuncia el musical "Cantando bajo la lluvia", para el cual tengo dos entradas. Algunas fans me han reconocido y se han acercado a saludarme, supongo que se preguntarían qué narices hago aquí de pie y solo. El cartel me cubre, por lo que no necesito paraguas para no mojarme, aunque me estoy preocupando por Alice... Empieza a hacer frío y no quiero que se pille un resfriado. Espero que llegue pronto, así podremos entrar dentro, que se está mucho mejor.
Miro al cielo y observo las gotas de lluvia caer, me pregunto se habrá sido capaz de descifrar la última pista... Claro que sí, es una chica lista. Seguro que lo ha averiguado. Me la imagino vestida con el vestido que elegí en aquella tienda de la que tanto me ha hablado, me pareció que era perfecto para ella y espero no haberme equivocado. Me imagino también el peinado que habrá escogido, no creo que sea nada muy llamativo pero sí elegante, aunque para mí está guapísima de cualquier forma.
Asomo un poco la cabeza par ver mejor la calle por la que debería aparecer, pero entre la lluvia, la gente y la oscuridad de la noche no distingo casi nada. Suspiro pesadamente y meto las manos en los bolsillos de mi americana. No he querido venir demasiado arreglado, pero la ocasión requería llevar una de éstas, no todos los días uno va a un musical en el centro de Londres con la chica de sus sueños.
Doy un par de vueltas más y miro el reloj repetidas veces, ahora me siento estúpido por no haber puesto las pistas más claras... El espectáculo empezará en breve y aún no tengo ni una sola pista de Alice. Además... Ya la echo de menos. Tan solo han pasado unas horas desde la última vez que la vi, pero ya estoy deseando tenerla cerca otra vez.
Estoy tan sumido en mis pensamientos que no me doy cuenta de que alguien ha llegado a mi lado y me observa con una amplia sonrisa plasmada en su rostro.
-Pensaba que estarías cantando y bailando...- me dice una voz suave mientras su dueña curva sus labios en una media sonrisa.
Reconozco su voz enseguida, y antes de girarme hacia ella cierro los ojos y esbozo una gran sonrisa que tardara bastante en irse.
Cuando mi mirada se posa en ella veo que me mira con una ceja alzada y que me muestra la tarjeta que la ha traído hasta aquí. Recuerdo cada palabra que escribí en ella y me dispongo a hacerlas realidad.
-Bueno, si es lo que quieres...- doy un paso atrás para quedar expuesto a la lluvia y comienzo a cantar "It's gotta be you" mientras realizo unos torpes pasos de baile sobre la acera mojada. Ella rompe a reír y el sonido de su risa hace que unas carcajadas de alegría de abran paso por mi garganta. La observo durante un instante, sin decir nada, y me dejo llevar por el momento. Cojo su mano y tiro de ella hasta hacer que salga de debajo del cartel y quede tan solo a unos centímetros de mí.
Ahora ninguno ríe, solo nos miramos a los ojos y dejamos que las gotas de lluvia caigan sobre nosotros.
-Dicen que los mejores besos son los que se dan bajo la lluvia...- cito la primera frase que escribí en la última tarjeta, en la última pista que hizo que ella llegara hasta mí. Ahora más que nunca siento que la frase es cierta, pero solo por si acaso voy a comprobarlo.
Acaricio sus mejillas, apartando el pelo mojado de su rostro, y me inclino hacia ella para fundir nuestros labios en un beso inolvidable.

[Narrador 0]
Piii. Piii. Piii.
-¿Hija?
-Sí, mamá, soy yo.
María se recuesta un poco más sobre el pecho de Harry, que guarda silencio para que su novia pueda hablar con tranquilidad. Ambos se encuentran tendidos en un rincón de uno de los muchos parques de Londres, donde solo las estrellas que brillan en el cielo sean testigos de su cita.
-¡Qué bien que hayas llamado! ¿Qué tal va todo por ahí?
-Muy bien, nos lo estamos pasando genial, como siempre.
La charla continúa y María le cuenta a su madre las novedades, como el nuevo romance de Anita con Liam o el piso que las chicas han alquilado para pasare sus años de universitarias. Su madre escucha con atención y espera al momento adecuado para darle a su única hija la noticia que sabe que la alegrará enormemente.
-María...
Ésta nota que su madre ha adoptado un tono más solemne. Frunce en ceño al aire mientras la anima que continúe hablando.
-Sí...
-Tu padre y yo hemos estado hablando. Después del shock que supuso para nosotros que hayas empezado a salir con Harry, que por cierto espero que te esté tratando estupendamente...
-¡Mamá!- María se incorpora bruscamente, y Harry se apoya sobre los codos para observarla e intentar identificar qué es lo que ha hecho que su novia se altere tanto.
-Vale, lo siento, es solo que me preocupa que sea un chico tan famoso... Pero confío en ti, no te preocupes. Antes de que me eches las bronca escucha lo que te tengo que decir.
-Está bien, ¡pero no me gusta que hables así de él!- contesta María malhumorada.
Harry la mira confuso, empieza a entender de qué trata esa discusión.
-Escucha- repite la madre lentamente, como si María tuviera problemas para entenderla -Tu padre y yo hemos estado hablando, y hemos estado mirando las universidades de Londres también. La carrera que tú quieres hacer se oferta en muchas buenas universidades, y hemos pensado que tienes razón y que sería buena idea que estudiaras allí.
-¿Qué? ¿En serio?- exclama María sorprendida. No se esperaba eso de sus padres, siempre tan protectores.
-Sí. Ya hemos hablado con la Metropolitan University y ¡están encantados de aceptarte gracias a tus notas!
-¡No me lo puedo creer! ¿En serio?
-Sí. Además, creemos que te lo mereces.
-¡Oh muchísimas gracias mamá! ¡Os quiero!- antes de dar a su madre tiempo para contestar ya ha colgado el teléfono y se ha abalanzado sobre Harry, que no entiende nada.
-¡Harry, Harry, Harry!
-¿Qué pasa? ¡María! ¿Quieres decirme qué ha pasado? Hace un momento estabais discutiendo y ahora estás saltando de alegría.
-¡Me quedo aquí! ¡Me quedo aquí!- chilla María alzando los brazos al aire y lanzando un grito de júbilo. Harry nunca la había visto así, pero se da cuenta de que su alegría es contagiosa y enseguida esboza una amplia sonrisa, aunque no llega a entender del todo a qué se refiere su novia. Ésta, al ver la confusión en sus ojos, se detiene un momento y le explica lo sucedido.
-Voy a vivir aquí, estudiaré en la Metropolitana y ¡no tendré que separarme de ti!
Ahora la expresión de Harry cambia. Abraza a María por la cintura y la levanta unos centímetros del suelo mientras dan vueltas sobre sí mismos, riendo y disfrutando de esa alegría y sintiendo que es para siempre.

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Aquí os lo dejo, sé que no es especialmente bueno pero he estado algo mala y muy muy poco inspirada... Menos la parte de Alice, que ya la tenía pensada, lo demás lo he escrito sobre la marcha... Y así ha quedado, es lo que hay.
Bueno, aun así no creo que sea de los peores capítulos :D
Y como habréis visto he añadido al final de cada entrada un "Me gusta" y un "No me gusta", ¡así que espero ver un número muy alto en la casilla del "Me gusta" eh! :D
Y como siempre espero leer vuestros comentarios, que me animan un montón :D Ya sabéis, podéis dejarlos aquí, en tuenti, o en twitter (@Clay_C_A).
No se cuándo volveré a subir capítulo, porque ahora tengo que estudiar para los exámenes de recuperación :( Pero intentaré que sea pronto.
Un besazo, lectoras ♥